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Hiposfagma o derrame ocular: Causas y tratamientos

¿Qué es un hiposfagma o derrame ocular?

Un derrame ocular, técnicamente conocido como hiposfagma, es una hemorragia subconjuntival que ocurre cuando pequeños capilares situados bajo la conjuntiva (la membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo) se rompen. Esta afección resulta en una mancha visible de sangre en la esclera, la parte blanca del ojo, que, aunque puede parecer alarmante, generalmente es benigna y se resuelve sin tratamiento médico en unas semanas.

No hay que confundir el derrame ocular con herpes ocular, ya que el herpes ocular es una infección vírica del ojo con una gran cantidad de síntomas que te pueden llegar a causar ceguera ocular.

Según la Dra. María Rojas, responsable de la Unidad de Retina y Vítreo de Central Ocular “es una patología muy frecuente y que no presenta ningún síntoma, salvo esa sangre que aparece bajo la conjuntiva. Es decir, no duele y tampoco impide una visión normal, por lo que los pacientes se dan cuenta de que lo tienen cuando se miran al espejo o cuando alguien se lo dice.

Principales Causas de la Hemorragia Subconjuntival (Hiposfagma)

La hemorragia subconjuntival, también conocida como hiposfagma o derrame ocular, puede ser resultado de varias condiciones y acciones:

  • Presión arterial elevada y condiciones vasculares: La hipertensión arterial es una de las principales causas, y condiciones como la arterioesclerosis y la diabetes mellitus también pueden debilitar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de rupturas.
  • Traumatismos oculares: Impactos o lesiones directas en el ojo son causas comunes de hemorragias subconjuntivales.
  • Esfuerzos físicos y presión venosa elevada: Levantar objetos pesados, toser violentamente, estornudar, o acciones que implican el fenómeno de Valsalva (como tos intensa o vómitos) pueden incrementar la presión venosa y provocar rupturas vasculares.
  • Problemas de coagulación: Tanto condiciones médicas que alteran la coagulación sanguínea como el uso de medicamentos anticoagulantes pueden facilitar la ocurrencia de derrames.

Factores de Riesgo

Varios factores pueden aumentar la susceptibilidad a sufrir un derrame en el ojo, incluyendo:

  • Edad avanzada: A medida que las personas envejecen, los vasos sanguíneos pueden volverse más frágiles, elevando el riesgo de rupturas.
  • Uso de anticoagulantes: Los medicamentos que inhiben la coagulación de la sangre pueden aumentar la probabilidad de hemorragias subconjuntivales.
  • Hipertensión: La presión arterial alta es un factor de riesgo significativo, ya que puede causar la ruptura de los pequeños vasos sanguíneos en el ojo.
  • Cirugía ocular previa: Los procedimientos quirúrgicos en el ojo pueden dejar los vasos sanguíneos más susceptibles a rupturas.

Síntomas de la hemorragia subconjuntival

Aunque un derrame ocular, o hemorragia subconjuntival, generalmente es indoloro y no afecta la visión, hay algunos signos visibles y sensaciones que pueden notarse:

  • Mancha Roja: El síntoma más evidente es una mancha roja brillante en la esclera, la parte blanca del ojo. Esta mancha es la sangre acumulada bajo la conjuntiva.
  • Sensación de Cuerpo Extraño: Algunas personas pueden sentir una leve irritación o como si tuvieran algo en el ojo, aunque no haya ningún objeto real presente.
  • Ausencia de Dolor: Típicamente, los derrames oculares no son dolorosos. La ausencia de dolor es característica que diferencia este tipo de hemorragia de otras lesiones oculares que pueden ser más graves.
  • Sin Afectación de la Visión: Generalmente, un derrame ocular no afecta la visión. La claridad visual debe permanecer normal, aunque la apariencia del ojo sea alarmante.

Es importante destacar que, si el derrame ocular se acompaña de dolor, cambios en la visión, o si hay presencia de sangre dentro del ojo mismo (y no solo en la superficie), se debe buscar atención médica inmediata, ya que estos pueden ser signos de una condición más grave.

 

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Impacto que tiene en la Salud un derrame ocular

Aunque los derrames oculares suelen ser inofensivos, pero, pueden generar algunas complicaciones:

  • Ansiedad y preocupación: La apariencia de una mancha roja en el ojo puede ser alarmante.
  • Visión borrosa: En casos raros, la acumulación de sangre puede afectar la visión.
  • Recurrencia: Si los derrames oculares son frecuentes, puede ser indicativo de problemas subyacentes serios.

Cómo prevenir el derrame ocular

Medidas para prevenir el derrame ocular

Para minimizar el riesgo de experimentar un derrame ocular o hiposfagma, es recomendable adoptar ciertas medidas preventivas:

  • Control de la Presión Arterial: Mantener la presión arterial dentro de rangos normales para prevenir la ruptura de los vasos sanguíneos en el ojo.
  • Moderación en Esfuerzos Físicos: Evitar actividades que impliquen un esfuerzo físico excesivo, las cuales pueden aumentar la presión venosa y provocar un derrame en el ojo.
  • Protección Ocular: Usar gafas de seguridad durante actividades que representen un riesgo de traumatismo ocular, como deportes de contacto o trabajos industriales.
  • Dieta Equilibrada: Mantener una alimentación saludable y balanceada es beneficioso no solo para la salud ocular, sino para la salud general. Nutrientes como la vitamina A y los antioxidantes pueden fortalecer los vasos sanguíneos.
  • Uso Cauteloso de Anticoagulantes: Es esencial consultar con un médico antes de tomar medicamentos anticoagulantes, para asegurar que su uso sea apropiado y monitorizado adecuadamente.

Hábitos Saludables para evitar un derrame ocular

Además de sus muchos beneficios, incluir hábitos de vida saludable a nuestro día a día puede contribuir en la prevención de sufrir un derrame ocular:

  • Hacer ejercicio regularmente: Actividades como caminar, correr o nadar te pueden ayudar a mejorar la circulación sanguínea.
  • Reducir el consumo de sal: El exceso de sal en la dieta puede contribuir a la hipertensión, que es un factor de riesgo para el derrame ocular.
  • Evitar el tabaco y el alcohol: El tabaco y el alcohol tienen efectos adversos en la salud ocular y en la general. Fumar puede dañar los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de derrames y otras enfermedades oculares graves. Por otro lado, el consumo excesivo de alcohol puede elevar la presión arterial y dañar los vasos sanguíneos, lo que también incrementa el riesgo de hemorragias subconjuntivales.

¿Cómo se trata el derrame ocular?

Tratamiento Inmediato

En la mayoría de los casos, un derrame ocular no requiere intervención médica específica y tiende a resolverse espontáneamente en una o dos semanas. No obstante, existen algunas medidas que se pueden tomar para aliviar cualquier molestia asociada:

  • Lágrimas Artificiales: El uso de lágrimas artificiales es efectivo para lubricar el ojo y mitigar la sensación de irritación. Estos productos ayudan a mantener la superficie ocular hidratada, ofreciendo un alivio inmediato y confort.
  • Evitar Frotarse los Ojos: Es importante resistir el impulso de frotarse los ojos. Esta acción puede irritar aún más la conjuntiva y exacerbar el derrame, prolongando el proceso de curación.

Tratamiento Médico hiposfagma

En casos donde los derrames oculares son recurrentes o si existen condiciones subyacentes que los provocan, es esencial buscar la ayuda de un oftalmólogo. El tratamiento médico puede incluir:

  • Evaluación Médica: Un oftalmólogo realizará una evaluación exhaustiva del ojo para determinar la causa del hiposfagma y descartar cualquier condición ocular grave.
  • Tratamiento de Enfermedades Subyacentes: Es crucial gestionar adecuadamente condiciones crónicas como la diabetes mellitus o la hipertensión, ya que el control de estas enfermedades puede prevenir futuros derrames oculares.
  • Cirugía Láser: En situaciones extremas, donde los vasos sanguíneos están significativamente dañados, puede ser necesario recurrir a una cirugía láser para reparar los vasos afectados y prevenir nuevas hemorragias.

Consejos Post-tratamiento hiposfagma o derrame ocular

Después de un derrame ocular, seguir ciertos cuidados ayuda a la recuperación:

  • Descanso adecuado: para asegurarte de mantener un cuidado correcto de tu lesión ocular.
  • Uso de gafas de sol: Para proteger los ojos de la luz intensa.
  • Seguir las indicaciones médicas: Es crucial seguir cualquier tratamiento o recomendación proporcionada por el oftalmólogo.

En conclusión, el hiposfagma, aunque generalmente no es grave, requiere una atención adecuada para gestionar sus síntomas y prevenir recurrencias. Comprender las causas y las medidas preventivas es fundamental para mantener la salud ocular. Si has experimentado un derrame ocular o cualquier otro síntoma inusual, es vital seguir los consejos médicos y tomar las precauciones adecuadas.

Central Ocular: clínica oftanmológica

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