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¿Es mi hijo daltónico?

 

daltonismoAunque se trata de una alteración genética que afecta aproximadamente al 8% de los hombres en Europa – apenas se da entre las mujeres y se calcula que solo afecta al 0,5%–, el daltonismo no es fácil de detectar durante la infancia. De hecho, hay gente que padece este trastorno que afecta a los conos de la retina sin saberlo.

Pero, ¿en qué consiste? “En el daltonismo la persona no puede distinguir entre ciertos colores.  Depende del grado de daltonismo que padezca el paciente verá: a) todos los colores pero solo cuando haya una buena luz, b) no podrá distinguir entre ciertos colores, con frecuencia suelen ser los verdes o los rojos o, c) en su forma más grave (acromatopsia), ve todo en diferentes tonos de grises. Afortunadamente este último grado es una condición muy rara que apenas suele darse”, explica la Dra. María Capote, de la oftalmóloga responsable Unidad de Retina y Vítreo de Clinilaser.

El motivo por el que es tan complicado de detectar en niños se debe a que no saben que están viendo mal los colores, porque siempre los han percibido así. Los padres pueden observar sus juegos y detectar si equivocan o no los colores con frecuencia. Una fórmula es observar sus dibujos y ver el color que utilizan en ellos. Si el problema persiste o por ejemplo, cuando dibujan utilizan colores equivocados, puede ser solo un error de aprendizaje,  pero cuando el error es continuado y persiste, podemos estar hablando de daltonismo. “La edad adecuada para detectarlo suele ser entre los tres y los cuatro años”, matiza la Dra. Capote.

 

Un fallo en la retina

 Este trastorno sucede porque las células que hay en la retina encargadas de detectar la luz (bastones) y los tres colores básicos con los que el ojo compone todos los demás: rojo, verde y azul (conos) no funcionan correctamente o no están presentes. “Si creemos detectar un problema con los colores en el niño, lo mejor es acudir al oftalmólogo para que le haga unas pruebas que confirmen el diagnóstico. El daltonismo puede detectarse mediante diferentes test visuales específicos, como por ejemplo el Test de Farnsworth-Munsell o las Cartas de Ishihara, siendo este el más sencillo y fácil de realizar que consiste en mostrar diversas imágenes compuestas a base de múltiples puntos de color. Si el niño es capaz de ver la figura que dibujan los puntos, no padece el trastorno”, señala la experta de Clinilaser.

En el caso del daltonismo congénito, el de nacimiento, no existe un tratamiento ni se llega a corregir el problema, tampoco se agrava. La mayoría de personas se acostumbra a vivir con esta condición y no altera su calidad de vida ni limita sus actividades o su desarrollo profesional. En los casos más graves o específicos encontramos gafas o lentillas especialmente diseñadas para daltónicos. Esta tecnología reciente no es curativa, porque el daltónico no verá los colores como lo percibiría un paciente sin daltonismo, pero mediante filtros específicos acentúan los colores rojos y oscurecen los verdes, esto mejora el contraste y permite distinguir mejor los colores.

Hemos mencionado un daltonismo congénito, que es el habitual, pero aunque suele tratarse de un trastorno de nacimiento, el daltonismo también puede en rara ocasión desarrollarse a lo largo de la vida originado por una enfermedad, un traumatismo, una enfermedad o la toxicidad de algunos medicamentos o drogas, como es el caso del alcoholismo crónico, por ejemplo. “Enfermedades sistémicas (neurológicas -como el Parkinson o el Alzheimer-, metabólicas, vasculares o leucemias) pueden llevar a un trastorno en la visión de los colores. Enfermedades específicas del ojo como el glaucoma o trastornos maculares pueden dañar los fotorreceptores, que se encargan de la visión del color. También la toma de fármacos puede llevar a este daltonismo adquirido. Por ello, ante cualquier cambio en el modo en que se perciban los colores se debe visitar al oftalmólogo, ya que en los casos del daltonismo adquirido deberemos diagnosticar y tratar la causa subyacente”, concluye la experta de Clinilaser.