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Glaucoma no es sinónimo de ceguera – cuidateplus.marca.com

Articulo publicado originalmente en cuidateplus.marca.com

El glaucoma es una enfermedad crónica y degenerativa que afecta a un 3 por ciento de la población española mayor de 40 años, casi 1,5 millones de personas, aunque la mitad de ellos lo desconoce, según datos de la Sociedad Española de Glaucoma. Aunque muchas personas se asustan al escuchar la palabra glaucoma, la realidad es que, hoy por hoy, no es sinónimo de ceguera, eso sí, siempre que se detecte y trate a tiempo, ya que los avances en investigación de los últimos años permiten detener la  progresión de la gran mayoría de ellos.

El glaucoma “se produce porque el paciente presenta una presión intraocular elevada que, con el tiempo, acaba dañando el nervio óptico”, explica a CuídatePlus explica David Antolín, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital la Milagrosa y director médico de Central Ocular.

Uno de los problemas de esta enfermedad es que muchos pacientes desconocen que la tienen por falta de síntomas. La presión intraocular elevada “produce un daño normalmente muy lento e imposible de percibir por las personas que lo sufren hasta que no está muy avanzado, por eso es imprescindible que sea detectado en la consulta del médico oftalmólogo lo antes posible”, explica el experto.

Además, “el glaucoma casi nunca duele ni produce visión de manchas. Además, es imposible detectar las pérdidas de visión periférica si no es mediante exploraciones que sólo se pueden realizar en una consulta”, indica el experto del Central Ocular. Todo ello hace que se retrase el diagnóstico y, por tanto, el tratamiento.

Aunque no hay síntomas que indiquen que tenemos glaucoma, sí hay factores de riesgo asociados que deberían obligarnos a acudir a las revisiones necesarias para su detección temprana. “antecedentes familiares de glaucoma, diabetes, miopía, edad avanzada y raza negra están entre los factores de riesgo más frecuentes de esta enfermedad”, describe Antolín.

Acudir sólo a los expertos

Otro de los puntos importantes que hay que saber sobre el glaucoma es que “una presión puede ser normal para una persona y causar daño en otra” así como que “hay personas que no tienen la presión elevada siempre, sino sólo a veces, y, sin embargo, tienen glaucoma”, recuerda Antolín.

Acudir a un especialista es lo primero que hay que hacer, ya que la mera toma de presión intraocular no es suficiente para descartar el glaucoma. “Es necesario que nuestros ojos sean valorados por un médico especialista en oftalmología, que es el único profesional capacitado para diagnosticar, tratar y prevenir las enfermedades de los ojos”, recalca el director de Centro Ocular.

Actualmente, denuncia, “hay profesionales que pueden tener buena voluntad pero no tienen ni los conocimientos ni el equipamiento necesario para detectar todos los tipos de glaucoma” y advierte: “Una exploración incompleta puede darnos una falsa tranquilidad y permitir que una enfermedad tan insidiosa como el glaucoma avance”.

Así, tal y como informa, las pruebas fundamentales para su detección y diagnóstico son:

  1. La exploración de la parte visible del nervio óptico.
  2. La medición de componentes microscópicos del nervio (mediante Tomografía de Coherencia Óptica, llamada OCT):
  3. La exploración de cómo funciona el nervio óptico mediante la llamada campimetría, perimetría o examen del campo visual.

Como recuerda el experto “estas pruebas no son invasivas ni dolorosas”.

Tratamientos

Como se ha mencionado antes, el glaucoma no se puede revertir pero sí detener su progresión de diferentes maneras y con diferentes tratamientos (láser, colirios, microcirugía). “No hay una sola respuesta para todos los casos ni puede asegurarse que todos puedan tratarse con éxito mediante una sola técnica ya que hay muchos glaucomas y muchas maneras de abordarlos”, resalta Antolín.

El colirio suele ser siempre el primer tratamiento que se prescribe para estos pacientes, salvo que haya daños muy importantes en el nervio óptico. Para su prescripción, antes se valorarán los pros y contras “ya que estos medicamentos tienen efectos adversos. Entre otros, molestan, provocan enrojecimiento e irritación”,  según la Guía de Consejos para Familiares de Afectados por Glaucoma, de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares.

Las gotas del colirio normalmente “se administran una o dos veces al día y su aplicación es, en principio, de por vida”, informa Antolín. El cumplimiento “debe ser muy estricto, puesto que cada gota que deja de instilarse permite que la presión intraocular suba y se acumulen daños en el nervio óptico”, añade. Sin embargo “echarse más gotas no hará más efecto ya que el ojo sólo toma una cuarta parte de la gota que instalamos”, informan desde la asociación.

En este sentido, hay que recordar que todos los fármacos tienen alguna contraindicación y algún efecto secundario, por lo que pese a haber mejorado enormemente el perfil de seguridad en los últimos 20 años, según el experto, “el médico oftalmólogo deberá evaluar cuidadosamente el estado de salud de cada paciente a la hora de aconsejar el tratamiento”.

También es importante saber que “los colirios tienen un mes de conservación y si se tiene el bote medio lleno cuando ha pasado un mes, hay que tirarlo”, advierten desde la asociación de glaucoma. Además, se deberá aplicar con las manos limpias y “sin tocar el cuentagotas”.

¿Me puedo operar?

En cuanto a cuándo se debe acudir a la cirugía y qué perfil de personas pueden operarse, Antolín explica que “se intervienen a aquéllos que no pueden controlarse mediante los tratamientos menos invasivos (láseres o colirios), pero con el desarrollo de las nuevas técnicas las indicaciones se amplían a aquellos que experimentan muchos efectos secundarios con los colirios (siempre producen algún grado de irritación y alteración de la superficie ocular, pero en ocasiones estos no son tolerables o amenazan a la salud por sus efectos respiratorios, cardiovasculares o sobre otros aparatos o sistemas) o aquellos en los que la necesidad de utilización de colirios produce una interferencia indeseada con su estilo de vida, incluyendo aquellos que tienen dificultades para cumplir el tratamiento correctamente”.

Aunque, según indica el experto, “no podemos asegurar que una intervención vaya a controlar por completo un glaucoma ni que será el tratamiento definitivo, la realidad es que los porcentajes de éxito son actualmente muy altos”.

Consejos para casa y para las familias

Desde la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares recuerdan la importancia de que toda la familia ayude al paciente y se implique en su enfermedad y evolución. Y es que no hay que olvidar que  a ellos “les influye mucho la luz tanto de día como de noche y que no ven bien”, por lo que es importante seguir una serie de consejos para evitar problemas innecesarios:

  • No hay que dejar cosas por en medio, porque es fácil que el afectado tropiece.
  • No hay que cambiar las cosas de sitio, porque el afectado no las encuentra.
  • No dejar palos ni objetos alargados a la altura de los ojos o mirando hacia arriba, porque son difícilmente visibles y pueden hacer mucho daño.
  • Hay que intentar comprender las cosas; ayudar al afectado sin sobreproteger.
  • Hay que intentar no provocar impotencia en el paciente, no reñir, decir las cosas con tacto.
  • Hay que establecer comunicación con la familia, decir lo que se ve y lo que no, sin miedo a ser un “inútil”, y la familia tiene que ser receptiva a esa explicación: no enfadarse porque el afectado no vea, no limpie bien, no mire las cosas… etc.

 

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