La Orbitopatía Tiroidea es una enfermedad de tipo inmunológico que se presenta en aproximadamente el 40% de los pacientes con enfermedad de graves asociada al tiroides.
En ocasiones, los síntomas oculares preceden al diagnóstico de la enfermedad tiroidea. La aparición de inflamación palpebral de predominio matutino, el exoftalmos o proptosis de uno o de los dos ojos y la retracción de los párpados originan la clínica de “ojos saltones” característica de la Orbitopatía Tiroidea.
También pueden aparecer otros síntomas de superficie ocular. Por ejemplo, el enrojecimiento de los ojos o la sensación de sequedad o de cuerpo extraño, pueden ser signos de un inicio de Orbitopatía Tiroidea.
Afecta principalmente a mujeres entre los 40 y 60 años de edad, y entre sus factores de riesgo se ha observado una fuerte relación con el tabaquismo. De tal manera, que el abandono del mismo permite una clara mejoría de la orbitopatía en la mayoría de los casos.
Es importante realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad para poder iniciar el tratamiento en las fases iniciales de la misma, cuando tiene lugar una inflamación de los tejidos perioculares de carácter autoinmune. En estos casos el tratamiento con fármacos inmunosupresores es de gran ayuda.
La fase crónica de la enfermedad suele aparecer al cabo de dos años tras el inicio de la enfermedad. Su gravedad depende de la intensidad de presentación de la fase inflamatoria y del tratamiento recibido durante la misma.
En esta fase crónica es preciso utilizar diferentes técnicas quirúrgicas para corregir las secuelas que la fibrosis de los tejidos inflamados haya podido producir. Por eso es importante que evitemos llegar a esta fase avanzada y detectar la enfermedad en las revisiones rutinarias que realizas con tu oftalmólogo. En Central Ocular contamos con un grupo de oftalmólogos expertos tanto en detectar los primeros síntomas, minimizar las secuelas y tratarlas en caso de que fuera necesario.