¿Qué es la Retinografía?
La retinografía es una prueba diagnóstica no invasiva que permite capturar imágenes detalladas del fondo del ojo, incluyendo estructuras clave como la retina, la mácula y el nervio óptico. Esta técnica es fundamental para detectar y monitorear una amplia gama de patologías oculares, muchas de las cuales pueden ser asintomáticas en sus primeras etapas. Gracias a la retinografía, es posible identificar problemas antes de que afecten gravemente la visión del paciente.
Retinografía: La importancia de las revisiones oftalmológicas anuales
Las patologías oculares suelen ser silenciosas en sus fases iniciales. Esto significa que el paciente puede estar perdiendo visión sin darse cuenta, lo que a menudo lleva a diagnósticos tardíos cuando la enfermedad ya está avanzada y es más difícil revertir el daño. Por esta razón, los oftalmólogos recomiendan revisiones anuales. Durante estas visitas, la retinografía juega un papel crucial en la detección precoz de enfermedades oculares, permitiendo un tratamiento más efectivo y, en algunos casos, la reversión de la pérdida de visión.
“Los oftalmólogos recomendamos a nuestros pacientes que acudan una vez al año a la consulta para hacerse una revisión, ya que en éstas conseguimos detectar precozmente enfermedades en etapas iniciales, de forma que el tratamiento es más efectivo e, incluso, se pueden revertir las pérdidas de visión” explica la Dra. María Acebes, responsable de la Unidad de Retina y Vítreo de Central Ocular.
Retinografía: ¿Qué patologías oculares se pueden detectar?
“La retinografía es una prueba diagnóstica no invasiva que nos permite identificar problemas oculares como la retinopatía diabética, edema macular diabético, la retinopatía hipertensiva, la degeneración macular asociada a la edad, el glaucoma, la retinosis pigmentaria y el nevus coroideo, entre otras” puntualiza la oftalmóloga de Central Ocular.
Al proporcionar imágenes en alta definición del fondo del ojo, la retinografía permite a los oftalmólogos evaluar la salud de estas estructuras y detectar cualquier anomalía que pueda requerir intervención.
Los pacientes no necesitan una preparación previa para realizarse la retinografía. El oftalmólogo puede o no, dependiendo en ocasiones del tamaño pupilar del paciente, instilar unas gotas previas a la prueba para dilatar la pupila y obtener unos resultados más detallados. El retinógrafo está dotado de una cámara de alta definición que obtiene fotografías en color del fondo de ojo, incluyendo retina y mácula.
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Diferencias entre retinografía y angiografía
Aunque tanto la retinografía como la angiografía se utilizan para examinar el fondo del ojo, existen diferencias significativas entre ambas.
Retinografía: Se enfoca en capturar imágenes detalladas del fondo del ojo de manera no invasiva, ideal para un examen general de la retina y la mácula. No requiere preparación previa especial, salvo en algunos casos en los que se dilata la pupila para obtener una visión más clara.
Angiografía con Fluoresceína: “En caso de que necesitemos también estudiar la vascularización de la retina en su profundidad, realizaremos una angiografía con fluoresceína. Es un proceso también vasado en la retinografía, ya que permite obtener fotografías de los vasos sanguíneos de la retina y su estado. Para esta prueba al paciente se le inyecta un contraste, que es la fluoresceína, que nos permite a los oftalmólogos obtener fotografías en alta calidad de los vasos normales de los patológicos y también si existe alguna rotura en los mismos. Hoy en día, incluso, podemos prescindir de la inyección de contraste realizando una angio-OCT” aclara la Dra. María Acebes.
¿Quiénes deben realizarse una retinografía periódica?
La retinografía es una herramienta esencial para varios grupos de pacientes que están en mayor riesgo de desarrollar enfermedades oculares graves. Entre ellos se incluyen:
- Pacientes diabéticos: La diabetes puede provocar la retinopatía diabética, una condición que daña los vasos sanguíneos de la retina y puede llevar a la ceguera si no se detecta a tiempo.
- Personas con hipertensión arterial: La hipertensión puede causar retinopatía hipertensiva, afectando la retina y, eventualmente, la visión.
- Pacientes con miopía: Las personas con defectos refractivos, como la miopía, tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas retinianos.
- Personas con antecedentes familiares de problemas oculares: Aquellos con un historial familiar de enfermedades oculares deben someterse a retinografías regulares para la detección temprana de patologías.
- Mayores de 45 años: A medida que envejecemos, el riesgo de desarrollar enfermedades oculares como la degeneración macular aumenta, lo que hace que la retinografía sea una prueba importante para esta población.
Retinografía y diabetes
La retinografía es particularmente crucial para los pacientes diabéticos, ya que permite la detección temprana de la retinopatía diabética, una complicación común de la diabetes que puede llevar a la ceguera si no se trata. Mediante el monitoreo regular a través de la retinografía, los oftalmólogos pueden identificar los primeros signos de daño en los vasos sanguíneos de la retina y tomar medidas para prevenir la progresión de la enfermedad.