Existen dos tipos de drusas: papilares (también llamadas de nervio óptico) y maculares. Hoy nos vamos a centrar en las drusas que se presentan en la papila.
La papila o disco óptico es el conjunto de axones de las células ganglionares de la retina, que transformarlas en imágenes. Son el conjunto de cables que atraviesan la esclera para llegar al cerebro transmiten la información visual en impulso nervioso para trasladarlas al sistema nervioso central. Tiene un tamaño de entre 1,5 y 2,5 milímetros.
Por su parte las drusas son unos depósitos amarillos que se acumulan por delante de la lámina cribosa, que el ojo no ha podido expulsar, y que están compuestos en la mayor proporción por calcio.
“A diferencia de las drusas maculares, las papilares no están asociadas a la edad y pueden presentarse en cualquier etapa de la vida, incluso en niños”, explica la Dra. María Pilar Rojas Lozano, responsable de la Unidad de Retina y Vítreo de Central Ocular. También es destacable el hecho de que son más frecuentes en mujeres que en hombres.
Las drusas papilares no están relacionadas directamente con el desarrollo de Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), lo que sí ocurre con las drusas maculares. Sin embargo, sí se puede considerar como un factor de riesgo a tener en cuenta ante anomalías vasculares oculares, tales como, presencia de arterias ciliorretinianas, tortuosidad pronunciada, bifurcaciones anormales, colaterales retino-coroideas, hemorragias, neovascularización peripapilar y enfermedades vasculares oclusivas, entre otras .
Uno de los principales problemas de las drusas es que no presentan síntomas, salvo en drusas muy evolucionadas que se comportan como un glaucoma, lo que supone una pérdida de campo visual periférico que es difícil de percibir por el paciente.
“En la actualidad no existe un tratamiento para las drusas papilares. Es fundamental las revisiones periódicas por parte de un oftalmólogo para hacer un seguimiento de la enfermedad y que podamos decidir cómo actuar en cada momento para que los pacientes tengan la mejor calidad de vida posible” termina la Dra. María Pilar Rojas.
