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Queratocono: cuando la córnea pierde su forma habitual y se empieza a perder agudeza visual

queratoconoEl queratocono es una enfermedad progresiva que afecta a la córnea (parte transparente más externa del ojo) debido a la cual va perdiendo su normal forma esférica hasta adoptar una forma cónica. “Este ocurre porque existe una alteración en la estructura interna de la córnea que, de forma lenta pero progresiva, provoca un adelgazamiento de su espesor en la zona central y una protusión interna (cono)”, explica la Dra. Paz Rodríguez-Ausín, responsable de la Unidad de Córnea de Central Ocular.

 

“La mayoría de los pacientes no suelen presentar síntomas o suelen acudir a la consulta extrañados por los cambios frecuentes o más acusados en su graduación. Dentro de los síntomas más frecuentes son imágenes borrosas o incluso visión doble monocular y una pérdida de la visión progresiva asociados a miopía y astigmatismo en continua progresión” aclara la Dra. Rodríguez-Ausín.

 

¿Qué síntomas identifican al queratocono?

 

El queratocono debuta en la pubertad (entre los 10 y los 14 años) y, al ser una patología progresiva, la sintomatología va aumentando en los siguientes 10-20 años, provocando una disminución gradual de la visión. “Es muy importante que se conozcan los síntomas de la enfermedad porque al comenzar en épocas tan tempranas sería una gran ayuda para que los padres pudieran identificarlos y llevar a sus hijos a la consulta de un oftalmólogo que les hiciera un diagnóstico cuando el queratocono se encuentra en sus primeras fases” señala la oftalmóloga de Central Ocular.

 

El diagnóstico del queratocono la realiza el oftalmólogo con un examen ocular minucioso con la ayuda de otras pruebas como la topografía corneal. Es una prueba que realiza unl estudio de la superficie de la córnea identificando irregularidades y midiendo el grado de curvatura y del grosor de la misma. Es una prueba indolora que se realiza de forma ambulatoria y que permite obtener al oftalmólogo un mapa tridimensional de la córnea que permite tanto diagnosticar el queratocono como la fase en la que se encuentra. Cuando el queratocono está más evolucionado, sí encontramos signos clínicos en el ojo del paciente afectado, como las estrías de Vogt, adelgazamientos visibles en la lámpara de hendidura o cicatrices subepiteliales, pudiendo llegar a encontrar casos más severos, como el queratoglobo.

 

Tratamiento del queratocono

 

El tratamiento del queratocono tiene como objetivo evitar el progreso de la enfermedad e intentar que el paciente mantenga o recupere la agudeza visual perdida. Dependiendo de la fase en la que se detecte la enfermedad, el tratamiento será diferente.

 

En fases iniciales de la enfermedad, cuando la deformidad de la córnea no está muy avanzada, está indicado el tratamiento con medidas ópticas, como el uso de gafas y lentes de contacto. “El paciente puede volver a ver bien sin necesidad de someterse a ningún tratamiento invasivo. Eso sí, las lentes de contacto deben estar adaptadas a la curvatura que presenta la córnea para que sean efectivas” aclara la Dra. Rodríguez-Ausín.

 

Sin embargo, al ser el queratocono una patología progresiva, es posible que con el tiempo haya que recurrir a otro tipo de técnicas más invasivas. “Hace unos años, el único tratamiento posible, llegada esta fase, era el trasplante de córnea. Afortunadamente, en la actualidad contamos con otro tipo de tratamientos que permiten evitar esta técnica” explica la especialista en córnea de Central Ocular.

 

Antes de recurrir a los nuevos trasplantes parciales o lamelares, existen otras técnicas como el crosslinking o la colocación de anillos estromales.

 

El crosslinking es una técnica extremadamente segura y muy eficaz para evitar la progresión del queratocono, excepto en las fases más avanzadas. Consiste en la aplicación en forma de colirio de un fármaco llamado rivoflavina, que sometido después a la luz ultravioleta, se activa reforzando el colágeno ocular de forma que la córnea se vuelve más rígida y retrasar el proceso de deformación de esta. Es un procedimiento quirúrgico ambulatorio no doloroso que se realiza mediante anestesia local.

 

Por su parte, los anillos intraestromales son unos anillos rígidos que se colocan en el seno del estroma corneal (capa intermedia de la córnea). Pretenden regularizar la curvatura corneal y disminuir la curvatura del cono, haciendo en algunos casos, incluso, posible que se vuelvan a poder utilizar gafas y lentes de contacto para recuperar la agudeza visual.