El pterigium es un crecimiento del tejido de la conjuntiva con vasos sanguíneos que crece invadiendo la córnea. El aspecto externo es el de una macha blanquecina que tapa el iris habitualmente en la zona interna aunque también puede afectar a la externa en menor frecuencia.
Durante su fase activa de crecimiento se inflama con más facilidad produciendo ojo rojo y ardor. Otros efectos negativos además del puramente estético son la inducción de astigmatismo por lo cual se ve peor y la posibilidad de llegar a tapar la pupila.
Por todo ello es aconsejable su extirpación antes de alcanzar un gran tamaño.
Hoy en día la técnica que da mejores resultados es la extirpación colocando un injerto de la propia conjuntiva sana del paciente (por ello se denomina autoinjerto) para evitar que vuelva a aparecer. Si utilizamos un pegamento tisular sin tener que suturar el postoperatorio es más cómodo y con menos inflamación.
El pterigium puede tener un componente genético que te haga más predisponente a su desarrollo, así pues si en la familia existen casos habrá que establecer un control adecuado de factores de riesgo entre los que destacan la exposición solar. El pterigium es típico de marineros, tenistas y jardineros entre otros.
La pinguécula es un abultamiento del tejido de la conjuntiva sin vasos sanguíneos y sin invadir la córnea, a diferencia del pterigium. Se produce una degeneración del tejido debido fundamentalmente a la exposición solar. Habitualmente es un hallazgo sin importancia, se ve una zona ligeramente sobrelevada en la zona interna del área expuesta del ojo. En ciertos casos se inflama debido a que la lágrima no la recubre bien o hace incómodo el habitual uso de lentillas. Entonces se podría valorar su extirpación si con medidas más conservadoras no logramos controlar las molestias. En ciertas ocasiones la pinguécula presenta alguna característica que hace sospechar que el tejido puede esconder una transformación maligna por lo que la excisión se hace necesaria para el correcto análisis en laboratorio.
En resumen, si observa un tejido que crece en la zona expuesta de su globo ocular debe acudir a valoración por su oftalmólogo.
En Central Ocular podemos realizar un correcto diagnóstico y seguimiento de su pinguécula o pterigium personalizando la mejor opción para cada caso. Nuestra técnica quirúrgica de elección es el autoinjerto de conjuntiva con pegamento tisular (Tissucol®, Tissel®), que asegura el mejor resultado minimizando las molestias.